Los tres pelos de oro del diablo

LA LITERATURA FOLCLÓRICA

Comenzaremos introduciendo de dónde proviene el término folklore. Su procedencia etimológica es la unión de dos vocablos en inglés: folk, que significa “pueblo” y lore, que significa “conocimiento”. Por lo tanto, el término completo hace referencia al estudio de la cultura del pueblo.

A través de la cultura folclórica podemos llegar a transmitir diferentes valores. Los que se tratan de manera más común son los siguientes:

  • Ayuda a explicar ciertos comportamiento humanos.
  • Conocer mejor la propia cultura popular.
  • Enseñar a comprender otros estilos y modos de vida distintos a los propios.

El surgimiento de la literatura folclórica está relacionado con las clases sociales y aunque en occidente, la literatura folclórica está presente en todas las clases sociales, se ha considerado que se mueve más hacia el arte de las clases oprimidas o de las clases intermedias.

Otra de las características más significantes de la literatura folclórica es la de su medio de transmisión más común. Resulta que la transmisión es oralmente y, por lo tanto, a lo largo de los siglos, las obras de este tipo de literatura han ido variando, siendo dependientes del emisor, del receptor y de la época que se tratara, ya que la obras se han ido adaptándose a las nuevas ideas, estilos de vida y formas de pensar de las diferentes etapas que han ido llegado posteriormente.


LOS TRES PELOS DE ORO DEL DIABLO

Había una mujer que dio a luz un hijo, el cual nació de pie, por lo que la

predijeron que a los catorce años se casaría con la hija del rey.

Por los mismos días pasó el rey por aquella aldea sin que nadie le

conociese, y preguntando lo que había de nuevo, le respondieron que

acababa de nacer un niño de pie, y que todo lo que emprendiese le saldría

bien, y que le habían vaticinado que cuando tuviera catorce años se

casaría con la hija del rey.

El rey tenía muy mal corazón, y esta predicción le incomodó. Fue a buscar

a los padres del recién nacido, y les dijo en tono amistoso:

—Vosotros sois unos pobres; dadme a vuestro hijo, y yo cuidaré de él.

Negáronse desde luego, mas el forastero les ofreció mucho oro, y se

dijeron a sí mismos: «Puesto que el niño ha nacido de pie, todo lo que le

suceda será por su bien». Y acabaron por ceder y entregar a su hijo.

 

El rey le puso en una caja y le llevó a orillas de un río, donde le arrojó

pensando que libraba a su hija de un amante con el que no contaba. Pero

la caja en vez de irse a fondo, comenzó a flotar como un barquichuelo sin

que entrase en ella ni una sola gota de agua; la corriente la arrastró hasta

dos leguas mas allá de la capital, donde se detuvo junto a la esclusa de un

molino. Un criado del molinero, que se hallaba allí por casualidad, la vio y

la sacó con un garfio, esperando encontrar al abrirla grandes tesoros, pero

se halló con un niño muy bonito, despierto y alegre. Le llevó al molino, y el

molinero y su mujer, que no tenían hijos, le recibieron como si se le

hubiera enviado Dios. Trataron muy bien al huerfanito, que creció en su

casa en fuerzas y en buenas cualidades.

Sorprendido un día el rey por una tempestad, entró en el molino, y

preguntó al molinero si era hijo suyo aquel joven.

—No señor —le contestó—, es un expósito que hemos encontrado en una

3caja que arrastró el agua hasta la esclusa del molino hará unos catorce

años; mi criado le sacó del agua.

El rey conoció entonces que este era el niño que había nacido de pie y que

arrojó él al río.

—Buenas gentes —les dijo—; ¿no podría este joven llevar una carta de

parte mía a la reina? Le daré dos monedas de oro por su trabajo.

—Lo que mande V. M. —le contestaron—, y dijeron al joven que se

preparase para ponerse en camino.

El rey envió a la reina una carta en que la mandaba prender al portador,

darle muerte y enterrarle, de manera que a su regreso lo encontrase hecho

todo.

El muchacho se puso en camino con la carta, pero se extravió y llegó por

la noche a un bosque muy espeso.

A lo lejos distinguió una débil luz en medio de las tinieblas, y dirigiéndose hacia aquel lado llegó a una casita

pequeña, donde se encontró una vieja sentada junto al hogar. Sorprendida

al ver al joven, le dijo aquella mujer:

—¿De dónde vienes y qué quieres?

—Vengo del molino —respondió—, llevo una carta a la reina, me he

perdido en el camino y quisiera pasar la noche aquí.

—Desgraciado joven —le replicó la mujer—, has caído en una caverna de

ladrones, y si te encuentran aquí, morirás sin remedio.

—A Dios gracias —dijo el joven—, no tengo miedo, y además estoy tan

cansado que me es imposible ir más lejos. Se echó en un banco y se

durmió; poco después llegaron los ladrones y preguntaron incomodados

por qué se hallaba allí aquel forastero.

—¡Ah! —dijo la vieja—, es un pobre niño que se ha perdido en el bosque y

le he recibido por compasión; lleva una carta a la reina.

Los ladrones pidieron la carta para leerla, y vieron que contenía la orden

de dar muerte al portador. A pesar de la dureza de su corazón se

compadecieron del pobre diablo; el capitán rompió la carta y puso otra en

su lugar, en que decía que tan pronto como llegase se casara el joven con

4la hija del rey. Después los ladrones le dejaron dormir en el banco hasta la

mañana siguiente, y en cuanto despertó, le entregaron la carta y le

enseñaron el camino.

Apenas recibió la carta, ejecutó la reina lo que se decía en su contenido,

se celebraron las bodas con magnificencia la hija del rey se casó con el

niño nacido de pie, y como era guapo y amable vivía a gusto con él.

Algún tiempo después volvió el rey a su palacio y vio que se había

cumplido la predicción, y que el niño nacido de pie se había casado con su

hija.

—¿Cómo habéis hecho eso? —dijo—; yo había dado en la carta una

orden muy diferente.

La reina le enseñó la carta, y le dijo que podía ver lo que contenía.

La leyó y vio que habían cambiado la suya.

Preguntó al joven lo que había hecho de la carta que le había entregado, y

por qué había dado otra.

—No sé nada de eso —replicó el joven—, a menos que no la hayan

cambiado la noche que pasé en el bosque.

El rey, encolerizado, le dijo:

—Esto no puede quedar así; el que pretenda a mi hija debe traerse del

infierno tres pelos de oro de la cabeza del diablo. Tráemelos, y entonces te

pertenecerá mi hija.

El rey, al darle esta comisión, creía que no volvería más.

El joven le respondió:

—No tengo miedo al diablo, iré a buscar los tres pelos de oro.

Y se despidió del rey y se puso en camino.

Llegó a poco delante de una gran ciudad, a cuya puerta le preguntó el

centinela cuál era su estado, y lo que sabía.

—Todo —le respondió.

5—Entonces —dijo el centinela—, haz el favor de decirnos por qué la fuente

de nuestro mercado, que antes daba siempre vino, se ha secado y no

mana mas que agua.

—Esperad —le respondió—, y os lo diré a mi regreso.

Más lejos, llegó delante de otra ciudad; el centinela de la puerta le

preguntó cuál era su estado y lo que sabía.

—Todo —le contestó.

—Entonces haz el favor de decirnos por qué el árbol grande de nuestra

ciudad, que antes daba siempre manzanas de oro no produce ya ni aun

hojas.

—Esperad —le respondió—, y os lo diré a mi regreso.

Más lejos todavía llegó delante de un ancho río que necesitaba pasar. El

barquero le preguntó su estado, y lo que sabía.

—Todo —le respondió.

—Entonces —dijo el barquero—, haz el favor de decirme si debo

permanecer siempre en este puesto sin ser relevado nunca.

—Espera —le contestó—, y te lo diré a mi regreso.

Al otro lado del agua encontró la boca del infierno estaba negra llena de

humo. El diablo no se hallaba en su casa, pero encontró a su patrona, que

estaba sentada en un sillón grande.

—¿Qué quieres? —le preguntó, con un tono bastante dulce.

—Necesito tres pelos de oro de la cabeza del diablo, sin lo cual no puedo

vivir con mi mujer.

—Mucho pedir es eso —le dijo—, y si el diablo te ve cuando entre, pasarás

un rato muy malo; sin embargo, tengo interés por ti, y voy a procurar

ayudarte.

Le convirtió en hormiga y le dijo:

6—Ocúltate en los pliegues de mi vestido; aquí estarás seguro.

—Gracias —la contestó—; creo que esto va bien; pero necesito además

saber tres cosas: por qué una fuente que manaba siempre vino, no mana

ya ni aun agua; por qué un árbol que daba manzanas de oro, no produce

ya ni aun hojas, y si cierto barquero debe permanecer siempre en su

puesto sin ser relevado nunca.

—Esas son tres preguntas muy difíciles, pero no tengas cuidado, está con

atención a lo que diga el diablo cuando le arranque los tres pelos de oro.

Por la noche volvió el diablo a su casa, y apenas había entrado, notó un

olor extraño.

—¿Qué hay aquí de nuevo? —dijo—; huele a carne humana. Registró

todos los rincones, pero sin encontrar nada, y la patrona le armó una

quimera.

—Acabo de barrer y de arreglarlo todo —le dijo—, y vas a desarreglarlo;

siempre estás oliendo a carne humana, siéntate y cena.

Como estaba cansado, en cuanto cenó, puso la cabeza en la rodilla de la

patrona, y la dijo que le espulgase un poco, pero no tardó en dormirse y

roncar. 

 La vieja cogió un pelo de oro, lo arrancó y lo puso a su lado.

—¡Ay! —exclamó el diablo—, ¿qué haces?

—He tenido un mal sueño, dijo la patrona, y te he agarrado del pelo.

—¿Qué has soñado? —la preguntó el diablo.

—He soñado que la fuente de un mercado que manaba siempre vino, se

ha secado y no da ya ni aun agua; ¿cuál puede ser la causa?

—¡Ah! ¡si lo supieran! —contestó el diablo—; hay un sapo en la fuente

debajo de una piedra, no tienen mas que matarle y volverá a manar vino.

La huéspeda se puso a espulgarle otra vez, se volvió a dormir y comenzó

a roncar.

Entonces le arrancó el segu
ndo pelo.

7—¡Ay! ¿qué haces? —exclamó el diablo encolerizado.

—No te muevas —le respondió—, es un sueño que he tenido.

—¿Qué has soñado? —la preguntó.

—He soñado que en cierto país hay un árbol, que daba antes manzanas

de oro, y ahora no tiene ni aun hojas; ¿cuál puede ser el motivo?

—¡Oh! ¡si lo supieran! —replicó el diablo—; hay un ratón que seca la raíz;

no tienen mas que matarle y el árbol volverá a producir manzanas de oro;

pero si continúa royéndola, se secará por completo. Ahora dejadme en paz

tú y tus sueños. Si me vuelves a despertar, te daré un bofetón.

Pacificole la patrona y volvió a espulgarle hasta que se durmió y comenzó

a roncar. Entonces le arrancó el tercer pelo de oro. El diablo se levantó

gritando y quería pegarla; pero ella le supo engañar, diciéndole:

—¿Quién puede librarse de un mal sueño?

—¿Qué has soñado ahora? —la preguntó con curiosidad.

—He soñado con un barquero que se queja de estar pasando siempre el

río con su barca, sin que le reemplace nunca nadie.

—¡Ah! el tonto —repuso el diablo—, no tiene mas que poner el remo en la

mano al primero que vaya a pasar el río y quedará libre, viéndose el otro

obligado a servir a su vez de barquero.

Como la patrona le había arrancado los tres cabellos de oro y había sabido

las tres respuestas que quería saber, le dejó en paz y él se durmió hasta la

mañana siguiente.

Apenas hubo el diablo salido de la casa, cogió la vieja a la hormiga de

entre los pliegues de su vestido, y volvió al joven su forma humana.

—Ahí tienes los tres cabellos —le dijo.

—¿Has oído bien las respuestas del diablo a tus tres preguntas?

—Muy bien —respondió—, no las olvidaré.

—Entonces ya no tienes cuidado —le dijo—, y puedes seguir tu camino.

8Dio gracias a la vieja por lo bien que le había ayudado, y salió del infierno

muy contento de haber tenido tan buena fortuna.

Cuando llegó donde estaba el barquero, se hizo pasar al otro lado antes

de darle la respuesta prometida, y entonces le dio el consejo del diablo.

—No tienes mas que poner el remo en la mano al primero que venga a

pasar el río.

Poco después llegó a la ciudad, donde se hallaba el árbol estéril, el

centinela esperaba también su respuesta.

—Mata al ratón, que roe las raíces —le dijo—, y volverán a nacer las

manzanas de oro.

El centinela le dio en agradecimiento dos asnos cargados de este metal

precioso.

Tocó, por último en la ciudad, cuya fuente estaba seca, y dijo al centinela:

—En la fuente, debajo de la piedra, hay un sapo; buscadle: y matadle, y

volverá a correr el vino en abundancia. El centinela le dio las gracias, y dos

asnos además cargados de oro.

El niño nacido de pie llegó por último donde se hallaba su mujer, que se

regocijó de todo corazón por su regreso, y en particular al saber que todo

le había salido bien.

Entregó al rey los tres pelos de oro del diablo; el rey quedó muy satisfecho

al ver los cuatro asnos cargados de oro y le dijo:

—Ahora has cumplido ya con todas las condiciones, y mi hija es tuya.

Pero, querido hijo mío, dime, ¿de dónde has sacado tanto oro? Pues has

traído un verdadero tesoro.

—Lo he cogido —le contestó—, cerca de un río que he atravesado; es la

arena que hay en aquella orilla.

—¿Podría yo coger otro tanto? —le preguntó el rey que era muy avaro.

—Y mucho más —le respondió—; hay un barquero, dirigíos a él para

9pasar el río y podréis llenar todos los sacos que llevéis.

El avaro monarca se puso en seguida en camino, y al llegar a la orilla del

río hizo señal al barquero para que arrimase la barca. El barquero le

mandó entrar, y en cuanto estuvieron al otro lado, le puso el remo en la

mano y saltó fuera. El rey quedó así de barquero en castigo de sus

pecados.

—¿Sigue siéndolo todavía?

—¡Ah! sin duda, puesto que nadie le ha tomado el remo.

 



He escogido este cuento de los Hermanos Grimm, en primer lugar, porque lo conocía desde pequeña, y en segundo lugar, porque me parece muy interesante la temática que tratan y la simbología que utilizan.

Bajo mi punto de vista, los receptores de este cuento serían los niños de a partir de los once años que se van a incorporar a la pubertad y la adolescencia, ya que, se pueden ver reflejados en algunas partes del cuento. Aunque, es cierto que siempre se puede introducir este cuento a niños más pequeños aunque no capten ciertos temas tan bien como los que tienen una edad mayor.

ASPECTOS MORFOLÓGICOS Y SIMBÓLICOS

Sobre los aspectos morfológicos, a través de este cuento, podemos observar el crecimiento del protagonista, desde que nace hasta que se casa con la hija del rey, y cómo va madurando a lo largo de los años y cómo gracias a su inteligencia, carácter e ingenio, es capaz de realizar las pruebas que se interponen en su camino, para conseguir su objetivo de casarse con la princesa y deshacerse del rey.

Los aspectos simbólicos de este cuento, resultan muy importantes. En primer lugar, daremos pie a los tipos de motivos que subyacen de este cuento. Dentro de este aspecto, podemos observar como existen varios motivos, es decir, nos encontramos con tesoros ocultos psicológicamente hablando, ya que, estos representan lo que el héroe debe descubrir para alcanzar su objetivo, es decir, los enigmas que tiene que ir resolviendo para poder conseguirlo. También, nos encontramos con el viaje, el cual supone para el protagonista de nuestro cuento, una mejora personal en lo referente a aprendizajes. La fuga y persecución, también  forma parte de este cuento, ya que, la observamos entre el rey y el joven a lo largo de toda la historia. Por último, el viaje al reino de los muertos o un viaje a un mundo paralelo, podemos observarlo en la parte que se encuentra con el diablo en el infierno para poder conseguir los tres pelos de oro.

Los personajes más populares que aparecen en nuestro cuento son los siguientes:

  •         El héroe: El joven de nuestra historia presenta una conducta humilde, sencilla, correcta, ingeniosa e inteligente. Es de origen humilde, aunque según el cuento nació con una suerte sobrenatural.
  •         El enemigo: en el caso de nuestro cuento, es el rey y este tiene una relación de rivalidad de poder contra el joven.

Los arquetipos más característicos de nuestro cuento son los siguientes:

  •         Princesa: inocente, bella y muy buena.
  •         El diablo: en nuestro cuento el diablo es el que sabe todo, tiene pelos de oro y este tiene una función similar que suele atribuirse a los ogros en otros cuentos. La de oler carne humana.

Otro de los elementos que deberíamos tener en cuenta tras leer este cuento por su fuerte poder simbólico es, por ejemplo, el número tres. (Tres pelos, tres preguntas). El número tres, es un número referente y muy conocido en la historia de la Humanidad, como por ejemplo:

  •         Dentro de la filosofía en el ritmo triádico: tesis, antítesis y síntesis, como perfección del razonamiento.
  •         Dioses de tres cabezas que nos encontramos desde los celtas hasta os indios.
  •         Las tres partes de los caminos de la mística: vía purgativa, vía iluminativa y vía unitiva.
  •         En los cuentos y leyendas, este número es muy frecuente: los tres reyes magos, por ejemplo.

Otros elementos de gran importancia son el agua de la fuente, el fructificar del árbol y el librarse del trabajo forzado. Estos tres elementos representan las necesidades humanas: agua para vivir, comida para sobrevivir y librarse del esfuerzo esclavizante, es decir, la libertad. Por lo tanto, podemos llegar a entender cómo esta historia está planteada según las necesidades más comunes de la gente del pueblo en aquella época.

Los tres pelos de oro del diablo, simbolizan en realidad los tres enigmas que a de resolver el héroe de la historia. El protagonista, al ser el héroe del cuento, se carga sobre sí mismo el objetivo de dar respuesta a las tres necesidades humanas mencionadas anteriormente, resolviéndolas con astucia y valentía.

DENTRO DEL AULA

Como hemos mencionado anteriormente, muchos cuentos eran inventados por personas o educadores que tenían la intención de enseñar al niño o al adolescente su cultura y su medio. En el caso de este cuento “Los tres pelos de oro del diablo”, el tema principal de que el rey quiere matar al joven, nos recuerda al mito de Edipo, entre la relación del rey y el joven. Este joven héroe representa a todos los jóvenes en el momento de alcanzar la madurez y por tanto, resulta de gran interés para los pre-adolescentes o los adolescentes.

Por lo tanto, aunque podría resultar un tanto complicado de entender o de captar interés por lo alumnos de infantil. Podríamos incluirlo en las aulas de primaria del último ciclo. Ya que los alumnos que vayan a pasar a la pubertad podrían entenderlo mejor y disfrutarlo, sobre todo, al tener esa imagen de héroe joven alcanzable ya que que proviene de la humildad.

Una de las características principales de la literatura folclórica, es que no tienen un autor en concreto, ya que, son obras transmitidas oralmente a lo largo de la historia y que, por lo tanto, convierte en autor a todo aquel que la reciba, ya que, puede modificarse sin prejuicios o temores.

Ana Pelegrín dice “se actualiza en el momento que los próximos transmisores lo interpreten y está sujeto a la variabilidad y a la recreación. No existe pues un texto fijo uniforme, un único texto como en la redacción final del de un autor”.

Por lo tanto, me gustaría finalizar esta parte añadiendo que aunque no esté dirigido a niños de la etapa de infantil, tenemos total libertad de modificarlo atendiendo a las características fisiológicas y a los gustos de estos.

CUENTOFÓRUM

      Estas serían las preguntas que le harías a mis futuros alumnos sobre la lectura del cuento:

  •       ¿Qué haríais vosotros si os dicen de ir al infierno y quitarle los tres pelos de oro al diablo para poder casaros con la princesa?
  •        ¿Qué os parece lo que hizo el joven con el rey al final de la historia? ¿Estáis de acuerdo?
  •         ¿Sentís que algún personaje de este cuento puede llegar a parecerse a alguien de vuestra vida cotidiana?
  •         ¿Qué es lo que habéis aprendido de este cuento, ya sea del rey o del joven o de cualquier otro personaje que os haya gustado?

 CONCLUSIÓN

      Bajo mi punto de vista, he disfrutado mucho esta nueva entrada del blog. Considero que la literatura folclórica es la manera más sencilla que tenemos de acercarnos a la forma de pensar de la cultura popular de los siglos pasados y, por lo tanto, me ha resultado muy interesante aprender el por qué de muchos de los cuentos más populares y las razones por las que se contaba entre la gente de los pueblos.

     BIBLIOGRAFÍA

  • Ilustraciones: Mejía, Lina (2014). Los tres pelos de oro del diablo. Cuentos maravillosos. Cuentos tradicionales europeos (pp 31-41). Medellín, Colombia: Fundación secretos para contar.
  • Gonzáles-Blanco, E. (2006). Los tres pelos del diablo: cuento y mensaje. Revista murciana de antropología, nº 13, 313-320.

 

Comentarios

  1. Introduces la actividad definiendo folclore y hablando de algunas cuestiones de la literatura folclórica, pero ten en cuenta que se trata de poner en relación la actividad con el tema y no dices nada del tema. No hay nada que demuestre que lo has leído.

    Estamos trabajando la literatura infantil para Educación Infantil ¿Cómo escoges un cuento para Primaria? Por otra parte, en la teoría dice: "Al contrario que ocurre con los libros de autor, los personajes de los cuentos folclóricos no deben aspirar a que los niños pequeños se identifiquen con ellos (ya que son adolescentes o jóvenes en su mayoría). Son personajes que los niños "quieren ser", a los que quisieran parecerse cuando sean mayores. Tal vez puedas encontrar alguna identificación en los dos últimos cursos de EP, pero no es ese el objetivo de este tipo de literatura." Así que no debes buscar la identificación.

    En el tema 2 se explica que la mayoría de los cuentos folclóricos tienen como protagonistas a adolescentes ¿no podemos contarlos a los niños de EI?

    Los cuentos folclóricos no tienen autor, es una de sus características. Por eso no tiene sentido que sean invenciones de "personas o educadores que tenían la intención de enseñar" nada a los niños. Esa definición se corresponde con la de los textos ESCRITOS para niños en siglos pasados tal y como vimos en el tema 1 cuando explicamos la historia de la paraliteratura infantil.

    "Características fisiológicas" son las del cuerpo del niño. Piensa qué quieres decir y busca la palabra correcta.

    No has explicado el contexto de la narración y las preguntas son pocas y solo hacen referencia a momentos muy concretos de la historia.

    En la conclusión habla de tu futuro docente. No os pido una opinión personal sino una reflexión sobre lo que has aprendido y cómo lo usarás como maestra.

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